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Argentina, el derecho a un hábitat digno está en la constitución, pero...

Entrevista con Cristina Reynals investigadora, docente, militante global por el derecho a la vivienda digna. Coordinadora para el Cono Sur de la Alianza Internacional de Habitantes y la Campaña Desalojo Cero.

Voces y Personas: CRISTINA REYNALS

“EL DERECHO A UN HÁBITAT DIGNO ESTÁ EN LA CONSTITUCIÓN. PERO A VECES DESDE EL PODER NO SE LO RESPETA”

Texto: Maru Ludueña. Fotos: Verónica Muñoz

En la telenovela de la historia, un hombre la marcó para siempre. Corrían los ´70. Ella, Cristina Reynals, estudiante de Ciencia Política. El, un varón de ojos brillantes como su carisma; porteño, de buena cuna, intelectual, militante. Un profesor, cura. El Padre Carlos. Antes de que un operativo de la Triple A lo acribillara a balazos a la salida de una misa, el Padre Carlos Mugica daba clases en la Universidad del Salvador. Cristina escuchaba esas clases de Teología1 como si fueran algo de vida o muerte; algo que podía cambiar el mundo.

El mundo cambió. Los barrios donde Cristina se convirtió en militante junto a Mugica crecieron. En el camino su único hermano desapareció. Se convirtió en esposa, madre de 3 hijos, investigadora, militante global. Hoy es, entre otros, la Coordinadora de América latina de la Alianza Internacional de Habitantes (AIH), red de movimientos sociales urbanos que defienden el derecho a vivir en una casa digna, en una ciudad amigable, en otro mundo posible. Y que llevan adelante una campaña global bajo el slogan “Desalojo Cero”. ¿Cómo llega alguien a convertir en un trabajo la defensa de estas ideas? Cristina sitúa el origen en ese profesor. “Casi sin darme cuenta, empecé una militancia social en la Villa 31, como tantos jóvenes de la época. La 31 era muy distinta. No había autopista ni terminal de ómnibus de Retiro. Donde hoy está la 31 bis no había nada. Los pobladores venían del norte de la Argentina, tenían actividad relacionada con el puerto. Había enorme afluencia e influencia de la juventud de esos años, la tarea militante era una tarea social. Me marcó tanto que también estudié para docente. Hace 34 años que doy clases”, cuenta Reynals, que en Económicas se ocupa de la primera materia donde los estudiantes aprenden sobre el rol del Estado, Administración Pública. Y es el rol del Estado motivo de debate en los movimientos que se ocupan del derecho a la tierra y a la vivienda.

¿Por qué una campaña mundial con el slogan “Desalojo Cero”?

Existe una ola mundial de desalojos violentos, así lo detectamos en la Alianza Internacional de Habitantes. Pasa en Pakistán, en Estados Unidos y en la Argentina. Pueden tener diferencias, pero el Estado comparte esa respuesta violenta hacia los ciudadanos en distintos países. En Desalojo Cero las organizaciones que defienden los derechos por la tierra y la vivienda dignas, detectan esos desalojos, producen y comparten una respuesta solidaria.

¿Qué pasa cuando no hay otro remedio que hacer un desalojo, por ejemplo, frente a desastres naturales o catástrofes?

Hay que relocalizar a los pobladores a través de alternativas consensuadas con las autoridades. En estos casos se debería ofrecer a los pobladores un menú de opciones. No suena fácil. Cristina Reynals lo hizo, diría otro slogan. Uno de sus logros fue, cuando era funcionaria de la otrora Municipalidad de Bs. As., la relocalización de los vecinos del Albergue Warnes en tiempo récord; pacífica y civilizadamente. “Armamos una mesa de concertación con todos los sectores, vecinos, policías, autoridades. Los movimientos sociales coordinaban el proceso. Trabajamos un año sin firmar nada, consensuando hasta lograr el objetivo de mudar a 700 familias en 24 horas, sin problemas. Fue uma experiencia única para mí...y no sé si para el país”. Los vecinos la esperaban en el edificio Warnes con el mate listo para debatir el menú de opciones, en este caso fue la inauguración del barrio Ramón Carrillo. De esos tiempos –fines de los ´80, inicios de los ´90- como funcionaria del área de Planeamiento de la Ciudad, data otro mojón donde se para su orgullo profesional: el primer Programa de Radicación de Villas que garantizó la permanencia y el acceso a infraestructura y servicios de los habitantes de villas de Lugano, Barracas, el barrio San Lorenzo. “Nos reuníamos, nos movilizábamos, creábamos leyes y decretos que significaron un cambio radical de la erradicación que proponía la dictadura a la radicación. Que no es otra cosa que valorizar el derecho de cada habitante a elegir dónde quiere vivir”.

DE DUALIDADES Y DERECHOS

En 2002, post-crisis 2001, alguien le preguntó a Reynals qué se podía hacer con los cartoneros de la ciudad. A la pregunta del millón, ella respondió con el Programa de Recuperadores Urbanos. En 2004, cuando se formó la Alianza Internacional de Habitantes, supo que tenía que estar ahí. Y desde entonces es la coordinadora del Cono Sur.

Nadie duda de que todos tenemos derecho a alimento, educación, salud. Pero a veces parece que el derecho a un hábitat digno es más difícil de aceptar como válido para todos.

El derecho a un hábitat digno está en la Constitución de la Ciudad de Buenos Aires. También en la Constitución Nacional, lo avalan una cantidad de pactos internacionales. Pero a veces desde el poder no se lo respeta. Las instituciones están atravesadas por una lógica dual, que habla de una vocación de servicio al ciudadano, por un lado, y, por otro, de una concepción administrativa. A mi criterio, los agentes públicos y funcionarios no deben hacer ni una cosa ni la otra; deben entender que son ejecutores de esos derechos. Para eso los ciudadanos les pagan el sueldo con sus impuestos. Si estoy ocupando un cargo, debo proveer un derecho que está en la Constitución.

¿Y del lado de los pobladores, qué pasa con la reivindicación del derecho al hábitat?

Algunos sectores se han mimetizado con esa lógica, demandan en lugar de reclamar sus derechos. Eso genera un espacio muy propicio para dádivas y prácticas clientelares. No reniego de la política, pero sí de esas prácticas partidarias que se alejan de los fines y las funciones para las que están. Y esto se da más cuando no hay políticas públicas. Es un círculo. Es de vital importancia que los pobladores reconozcan el hacer por un derecho y no el pedir a las autoridades por una respuesta.

¿Cómo analiza en nuestra coyuntura actual el acceso a una vivienda digna?

En la Argentina tenemos muchas diferencias y problemas específicos en cada región. Estamos haciendo lo posible por llevar la campaña Desalojo Cero de Ushuaia a La Quiaca, a través de la Red Hábitat Argentina, una red de organizaciones, universidades, funcionarios y legisladores que comparten esos ideales. El último encuentro fue en Ushuaia, donde existe una gran migración por cuestiones laborales, pero los proyectos productivos están centrados en el turismo. La población trabajadora, los docentes, por ejemplo, tienen que irse de la ciudad, vivir a las laderas de las montañas, donde no hay manera de calefaccionarse, porque existen serias limitaciones para acceder a una vivienda digna en la ciudad, a precios para el turismo.

¿Y en Buenos Aires?

Desde el repunte de la economía post 2002 se han descubierto terrenos y propiedades que estaban vacantes y se valorizaron o se destinan a negocios inmobiliarios. Por eso en los últimos años se multiplicaron los juicios por desalojos. Cuando la AIH empezó la Campaña Desalojo Cero que nació en 2004 en el Foro Social Mundial- su Antena Sur, coordinada por Fundación El Ceibo y la Federación de Villas de Bs As, los desalojos no eran tantos como hoy. La cuestión pasó a ser tan importante que se ha pedido a las Naciones Unidas que envíe una misión para verificar desalojos en Viedma, Usuahia y Buenos Aires.

¿La vivienda digna es cada vez más difícil de conseguir?

Sí. Aumenta la cantidad de gente que no puede acceder, porque esto va en relación al desarrollo económico e inmobiliario del país. No hay legislación para alquileres, hay gente que no puede renovar los contratos y se tiene que ir a vivir a un hotel o pensión. No hay políticas públicas que se puedan anticipar; las que existen son insuficientes. Se ha achicado el margen de crédito. Y no hay planes para adquirir una primera vivienda.

¿Usted qué haría por este tema si tuviera hoy un cargo?

Uniría las distintas subsecretarías e instituciones que existen para la vivienda y están deslindadas. Buscaría una visión global pero con las características de cada provincia. Crearía políticas de Estado que se puedan sostener en el tiempo, metas para reducir el déficit habitacional y analizaría un abanico de propuestas para mejorar o acceder a una vivienda, incluso propondría nuevas modalidades de propiedad de la tierra.

¿Cree que hay recursos para hacerlo?

Sí. Pero muchas veces se pierden en el camino por el tipo de política. No es que sean malas en sí mismas, sino que están tan diversificadas que no llegan al fondo del asunto.

Hecho en Bs.AS, saliendo a la calle, revista online