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Surge resistencia civil contra desalojos en EU

Buscan líderes comunitarios y algunos funcionarios de justicia apoyar a las familias que se niegan a cumplir las órdenes de abandonar sus viviendas

FERNANDA SANTOS/THE NEW YORK TIMES 

Al tiempo que crece la resistencia contra los desalojos por parte de dueños de casas, líderes comunitarios y algunos funcionarios de justicia, una amplia campaña de desobediencia civil se está gestando en Nueva York y otras ciudades a fin de apoyar a las familias que se niegan a cumplir las órdenes de abandonar sus viviendas.

El grupo de organización comunitaria ACORN presentó la campaña con una animada manifestación en una iglesia de Brooklyn el viernes y la llevará a por lo menos otras 22 ciudades en las próximas semanas. A través de llamadas telefónicas, páginas web y redes de mensajes de texto, el esfuerzo enlazará a familias que enfrentan desalojos con voluntarios que las apoyarán cuando lleguen los policías, aun cuando implique arriesgarse a ser arrestados.

"¿Quieren arrastrarnos a la cárcel? Bien; que el mundo vea la ineficiencia del gobierno", dijo en una entrevista Bertha Lewis, una organizadora de ACORN. "Los políticos han ayudado a los bancos, pero no han ayudado a las familias en la forma que se necesita, y ahora estas familias están diciendo: ‘ya basta'".

Al inicio de la crisis de embargos, el problema fue considerado por algunos como culpa de los propietarios, resultado de sus malas decisiones y de querer vivir más allá de sus medios. Pero al tiempo que los embargos se extendieron por todo el país, devastando incluso sólidas comunidades de clase media, la responsabilidad se ha trasladado lentamente a las compañías financieras que hicieron préstamos cuestionables y han recibido miles de millones de dólares en ayuda federal para evitar su colapso.

En los últimos meses, un movimiento de resistencia en ciernes ha ido creciendo entre los estadounidenses que consideran que han sido abandonados para enfrentar su predicamento solos, y la campaña de ACORN es una expresión organizada de esa frustración, señaló Lewis. En vez de empacar en silencio y entregarle sus casas a los bancos, los propietarios ahora están combatiendo.

El 9 de febrero, un hombre dibujó un mensaje en el techo de su casa en un suburbio de Los Angeles: "Quiero ser escuchado". Luego se parapetó en su vivienda cuando policías llegaron a desalojarlo, rindiéndose después de unas horas. En octubre, una mujer en San Diego se encadenó a su casa luego de que el banco propietario de la hipoteca se negó a renegociar las condiciones. Permanece en su casa, aunque recibió un segundo aviso de desalojo.

Y el año pasado en Boston, vecinos activistas entrelazaron sus brazos afuera de ocho edificios que serían embargados, para impedir que las autoridades echaran a los residentes a la calle.

En algunos lugares los alguaciles también han tomado una posición. En el condado Wayne de Michigan, el alguacil Warren C. Evans suspendió todos los desalojos a partir del 2 de febrero hasta que el gobierno federal implemente un programa para ayudar a los dueños que enfrenten procesos de embargo.

En el condado de Cook, que incluye a la ciudad de Chicago, en Illinois, el alguacil Thomas J. Dart ordenó a un abogado revisar todas las órdenes de desalojo para proteger a la gente que siguiera pagando su renta después de que los edificios en que vivían fueran embargados por los bancos. En el condado de Butler, en Ohio, el alguacil Richard K. Jones ordenó a sus agentes no desalojar a gente que no tuviera otro lugar a donde ir.

"Se trata de seres humanos, gente de clase media responsable que sufre tiempos difíciles, y no puedo simplemente arrojarlos a la calle", indicó.

La estrategia de ACORN toma como modelo un movimiento encabezado por el grupo en los 80, cuando decenas de personas ocuparon y se dedicaron a renovar miles de edificios abandonados propiedad de las ciudades en Nueva York, Filadelfia y Detroit, entre otras. Su motivación, indicó Lewis, era resolver "la crisis de vivienda de las familias trabajadoras".

En ciudades como Orlando, Florida, que tiene una de las tasas de embargo más altas del país, así como en Boston, Houston, Baltimore y Tucson, activistas de ACORN han creado redes para alertar a los vecinos de un propietario sobre desalojos programados o traslado de policías. Voluntarios convocan a amigos y parientes para reunirse en la casa en cuestión, mientras que otros notifican a la prensa. Activistas están reclutando también a abogados dispuestos a defender gratuitamente a los arrestados.

"Este es un último recurso desesperado de trabajadores que tienen dos o tres empleos, madres solteras y personas mayores que no saben qué otra cosa hacer con sus casas", indicó Ginny Goldman, principal organizadora de ACORN en Texas, donde la campaña inició el sábado en Houston.

http://www.eluniversal.com.mx/notas/577781.html